El llamado “Síndrome del Burnout”, o del “Trabajador quemado” alude al agotamiento que puede sufrir una persona en su entorno laboral, y que se manifiesta en distintos síntomas:

  • Cansancio mental y físico generalizado.
  • Síntomas de tipo ansioso-depresivo: nerviosismo, tensión muscular, insomnio, disnea, tristeza, etc.
  • Síntomas psicosomáticos: problemas gastrointestinales, rigidez muscular, mareos, dolores de cabeza, etc.
  • Adicciones.
  • Dificultades en las relaciones de pareja, y familiares en general.
  • Actitud de indiferencia en el trabajo, con déficit de compromiso e hipomotivación.
  • Irritabilidad o maltrato con otros compañeros o con las personas a las que se atiende: clientes, pacientes, alumnos, etc.

Esta situación de enorme cansancio y agotamiento puede darse en cualquier profesión, aunque se ha estudiado más en profesiones vinculadas al trato con otras personas y, muy especialmente, en profesiones sanitarias, sociosanitarias y docentes. Profesiones que, en términos generales, debieran fomentar la salud y el pensamiento crítico, y que corren el riesgo de estancarse en una queja estéril y en la apatía más absoluta.

En el libro Del Burnout al Sentido: intervenciones psicosociales saludables (Editorial Opera Prima, 2021) se analizan distintos factores vinculados a la emergencia de este síndrome y se sugieren elementos de análisis a considerar hacia una práctica profesional más satisfactoria, meditada y creativa.

Al mismo tiempo, para la prevención de esta relación tan tóxica con el ámbito laboral, se destaca el valor de la formación permanente, la supervisión individual o grupal de la tarea y la conveniencia de analizar los propios sentimientos en un marco sistemático y profesional de psicoterapia personal.

Este texto pretende ser una reivindicación de la palabra compartida, y del derecho a realizar un trabajo suficientemente satisfactorio, enfrentados a la impulsividad irreflexiva y vacía de sentido que propone el discurso neoliberal.